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La Columna del Dr. Campa…La inmunidad a propósito de la Pandemia.

 “El mundo no será destruido por los que hacen daño. Sino por los que ven y no hacen nada”.  Albert Einstein (Alemania. 1879- Estados Unidos. 1975

Dr. Raúl Héctor Campa García.18 de enero de 2022. Es frecuente que los médicos nos expresemos ante los pacientes, para darles una explicación de su padecimiento, en términos técnicos poco compresibles para la mayoría de ellos y que se quedan en “ascuas” (coloquialmente sorprendidos sin entender; aunque el término tenga otra connotación. Ascuas: material incandescente).

Por eso debemos de recurrir a un lenguaje sencillo y en ocasiones “pastoril”, para darnos entender. Así pasa en todas las profesiones. Inmunidad, por ejemplo, es una palabra que deriva del latín inmunitas, que refiere a la exención (eximir, librarse de cargas, culpas obligaciones, etc.) de cargas civiles o persecución legal que los senadores romanos tenían como privilegio durante el desempeño de su cargo.

Privilegio que persiste en muchos políticos, no solo en los congresistas, “menos en los de México” … también; hasta la fecha.

Este término en medicina, se utiliza para referirse a la observación, muy antigua, de que los individuos que han sufrido CIERTAS enfermedades infecciosas están exentos de volver a padecerlas.

A esta se le llama inmunidad Activa Natural, producida por la misma infección; la Activa Artificial, es la lograda por la vacunación; Pasiva Natural, es la que se obtiene por el paso de anticuerpos a través de la placenta de la madre al niño, a ciertas enfermedades y que dura aproximadamente de 2 a 4 meses a los niños, después del parto y un poco más al darle alimentación al seno materno exclusivo. La inmunidad Pasiva Artificial, es la que se produce por administración de una sustancia llamada gammaglobulina, pero la protección es temporal, ya que produce anticuerpos de pocos días de duración (poco menos de un mes).

 Con las vacunas, desde sus primeras investigaciones hasta la actualidad, se da una protección de inmunidad de larga duración, para algunas enfermedades infectas contagiosas.

Gracias a ellas se han erradicado enfermedades como la viruela, la poliomielitis, sarampión, tétanos neonatal y en edades posteriores, tuberculosis meníngeas y pulmonares en niños, etc. o evitar que se presenten menos casos graves y contenerlas para delimitar el daño por ciertas infecciones que se han vuelto pandémicas (pandemia: infección o contagio se extiende a varios países: Influenza, cólera, actual COVID19, etc.).

 Algunas se vuelven endémicas (propias de un territorio, sin sobrepasar fronteras) o epidémicas (de un País, ejemplo: malaria y otras). Sindemia es cuando concurren a la vez dos enfermedades, por ejemplo: COVID-Dengue, COVID- Enfermedad de Kawasaki – o el Síndrome inflamatorio agudo severo, por lo general en niños.

En ésta dualidad, puede que una sea más grave que la otra. Cierto es que la medicina es tan extensa, que por eso existen las especialidades, no podemos saber todo el contexto de la ciencia médica, que desde el siglo XVIII en adelante se ha avanzado increíblemente para bien de la humanidad, cuando esta se ejerce con conocimientos y honestidad, siempre con la máxima hipocrática de Primum non nocere (lo primero es no hacer daño).

Precisamente con estos grandes avances y logros de la medicina, entre otros adelantos, han contribuido para contener y prevenir las enfermedades infecto- contagiosas.

Con la potabilización del agua, apta para consumo y aseo y las vacunas, han evitado millones de muerte en el mundo han disminuido considerablemente la mortalidad infantil, y de las personas adultas; más que los antibióticos o antimicrobianos.

Sin restar los otros grandes avances de la medicina actualmente. Tomando en cuenta que uno de los objetivos de la medicina, tiene como principio fundamental la prevención de las enfermedades, anticiparse a ellas para evitar un daño menor o mayor.

 Prevenir siempre es de menor costo, que la curación de las enfermedades que por siempre ha padecido la humanidad.

 La higiene, una alimentación balanceada, los buenos hábitos de convivencia, evitando los excesos son primordiales para mantener más tiempo posible, un organismo sano.

Pero desafortunadamente no toda la humanidad ha contado con estos recursos básicos y de los beneficios de los adelantos médicos; por lo que se sigue observando, la llamada patología de la pobreza (Ruy Pérez Tamayo), pero también los excesos, se podría llamar la Patología de la abundancia o de los excesos.

Ambas, las padecen un gran porcentaje de la población mundial. Coadyuvan a que las enfermedades infectocontagiosas sean más graves (por ejemplo; obesidad, diabetes, enfermedades crónico-degenerativas y en niños enfermedades congénitas, hematológica, etc., más las infecciones agregadas).

Las vacunas, sin lugar a dudas, han sido un medio para evitar en estas enfermedades. A las inoculaciones preventivas o vacunas se les llama así desde que Edward Jenner (Berkeley, Gran Bretaña 1749- 1823), padre de la inmunología, observó que a las ordeñadoras de vacas les salían unas pústulas (ampollas o vesículas llenas de pus), que se contagiaban al constante contacto con las ubres de las vacas (de ahí el término vacuna), aquellas (las ordeñadoras) no presentaban viruela.

Aunque hubo hechos históricos aislados, de inoculación del virus de la viruela en varios países del mundo (entre estos, Estados Unidos), a Edward Jenner se le debe la investigación metodológica de la vacunación inoculando el virus a pacientes, extendiéndose después por todo el mundo.

En 1804, Francisco Xavier Balmis, realiza la expedición filantrópica desde España al Continente Americano para introducir la vacuna anti–variola, que representa la primera campaña mundial de erradicación contra una enfermedad inmunoprevenible.

 La viruela se declaró oficialmente erradicada por la OMS, el 8 de mayo de 1980; en México en 1951. Sin tanta parafernalia, los sistemas nacionales de vacunación en México, han logrado coberturas de vacunación en niños y en adultos, arriba del 90%, en años anteriores.

 Pero al igual que ahora, los grandes investigadores, humanistas han tenido sus detractores, no en los escépticos, sino en los ciegos y sordos grupos anti vacunas.

Pero también los especuladores y charlatanes, que se hacen presentes, a través de la historia en todas las pandemias. A la frase de Albert Einstein: “El mundo no será destruido, por los que hacen daño.

Sino por los que ven y no hacen nada”, agregaría, si la sociedad no denuncia y los gobiernos se quedan con los brazos cruzados, contribuirán a la extinción del planeta tierra.

Y no tenemos otro lugar… de momento, en donde evolucione armónicamente el ser humano. Si no es aquí ¿dónde? Mientras exista el humanismo, en la ciencia en todas las ramas del saber, en la filosofía y en las artes; la humanidad sobrevivirá, con, sin y a pesar de los que hacen daños y de los que ven y no hacen nada para mejorar este mundo.

 Por cierto, como dice el comercial televisivo; con acento chilango: “¡estoy Vacunadito, pssffffiiuu – chiflido defeño- como la ve!”, con las 3 dosis. Varias pruebas COVID19 en estos dos años y el “pilón pelón, como si nada” hasta ahorita.

Solo tres cateterismos en estos dos años de pandemia. In the mother (diría Catón: “en la madere”).

Cuidémonos todos. Vacúnense. Dr. Raúl Héctor Campa García. Cd. Obregón, Son. 18 de enero de 2022. raulhcampag@hotmail.com @RaulHectorCampa1

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